martes, 5 de agosto de 2014

Solo comer menos no resuelve la “obesidad emocional”

Solo comer menos no resuelve la “obesidad emocional”
TOMADO DE LA RED

La obesidad tiene mucho que ver con conductas psicológicas, por lo que centrarse solo en dietas y comer menos no la resolverá. la comida se relaciona con premios y celebraciones y eso es peligroso.

Cuidado: es común premiar a los pequeños con comida (como "ir al burguer") si se portan bien. Eso puedeoriginar una relación enfermiza con la comida.
Foto: Thinkstock
Disminuir la cantidad de alimentos o incluso eliminar algunos de ellos de la dieta puede no surtir efecto en la pérdida de peso, o incluso empeorar la situación de quien quiere adelgazar, pues en algunas personas la restricción interfiere en los mecanismos emocionales provocados por cuestiones personales que son las que necesitan ser abordadas.

Es lo que explica el psiquiatra Arthur Kaufman, del departamento de psiquiatría de la facultad de medicina de la Universidad de Sao Paulo (USP). Según él, es posible tratar trastornos de la alimentación y pérdida de peso mientras la persona sigue comiendo normalmente.

"Comer puede representar, más que una necesidad del organismo, un asunto emocional", dijo el experto para señalar que la comida, en todo momento, siempre ha estado asociada a lo emocional.

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"Hay gente para quien la comida ejerce el mismo efecto - excitante o calmante- que las drogas y es capaz de desarrollar un trastorno alimenticio que les hace comer sin hambre, por tristeza, alegría o ansiedad", asegura el doctor.

En tales casos, el tratamiento debe centrarse en el desorden alimenticio y emocional en su causa y no en la enfermedad, "la obesidad", Explica.

No solo en los "enfermos"

El doctor no solo se refiere a algunas pocas personas que están muy enfermas y comen compulsivamente. La verdad es que la mayoría de las personas, en mayor o menor medida, deben revisar su relación con la comida.

"Bebemos y comemos para para celebrar, pero también recurrimos a la comida cuando estamos tristes, especialmente a los alimentos más calóricos. Muchas veces nos damos el derecho de los excesos porque nos decimos que 'nos lo merecemos'", dice Kaufman.

El brasileño considera que este fenómeno se debe a que relacionamos la comida con un premio o cosas buenas no solo porque nos sirve de alimento, sino porque las celebraciones -ya desde nuestros primeros cumpleaños-, son siempre hechas con comida calórica.

"Nadie conmemora una conquista o se consuela de una pérdida comiendo lechuga", dice.

La comida no es un premio

Así que para tratar este mal hábito es necesario deshacer estas asociaciones y contener los impulsos que ya están automatizados en el comportamiento.

"Yo recomiendo a mis pacientes que creen un botiquín de emergencia [con alimentos saludables] para [tener a mano en] los momentos de malestar, porque la tristeza es mala consejera", explica el experto.

Otro consejo del psiquiatra es organizar un diario de alimentos: escribir lo que comes en qué día, cuando, qué cantidad, donde lo comes y si lo comes acompañado o no. "La compañía es importante porque hay personas que nos hacen más tensa y hacen comer más, "alerta.

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